viernes, 21 de agosto de 2009

Recordando el amor al oeste (Cuento)



Carta 1

Querido Esteban:

Hoy abrí el buzón y me di con la sorpresa que había aterrizado una carta tuya, fue como uno de esos momentos en que una no sabe si llorar o ser feliz para siempre. Pero como tú sabes que no me gusta ser melodramática decidí controlar mi emoción e invitar a dicha carta que pasase a mi casa que alguna vez fue también tu casa, entonces toda la tarde vinieron a visitarme imágenes de un pasado tan feliz como triste, se posó en mí tu mano y a la vez sentí como si todo el dolor del mundo hubiese caído sobre mis canas.
No sé porqué te lo cuento, debe ser la edad o quizás es porque me he conformado con extrañarte para siempre. Pero mejor quito esa gotita que baja de mi mejilla y te digo que tu carta se ha vuelto más que una carta, se ha vuelto un puente donde puedo saber que sigues vivo, no es que haya creído que me habías dejado y te habías hundido en altamar, por el contrario, yo pienso que eres inmortal, sólo que a veces la distancia es una muerte más ingrata, y no es que te este reprochando nada, ya que sino ese reproche caería sobre mí y me dejaría como una de esas amargadas que se mueren alrededor de gatos.
Seguro te estarás riendo de mí, la verdad es que yo también lo estoy haciendo, no puedo evitar burlarme de mis sesenta años, así como tampoco puedo evitar calcular cada palabra para que no me quite algo que no quiero perder, pero yo sé que contigo nunca he podido ser parca, ni siquiera cuando éramos chiquillos, ni cuando vinieron esos años y esa distancia que hasta el día de hoy nos separa. Disculpa si otra vez parece que te estoy reprochando algo, disculpa si de nuevo caigo en esa debilidad de atacarte cuando yo años atrás no dije ni una palabra, debe ser que mi vejez no me permite ser practica, no deja que piense igual que cuando teníamos veinte años y mucho menos permite que cada día no aparezca ese arrepentimiento que se vuelve contra mí haciendo que quiera huir de todos. Pero no, no es justo que yo te escriba estas cosas, pero la verdad tampoco es justo que tú estés a kilómetros de distancia y yo este a espaldas tuya mirando hacia el oeste, cuando sé perfectamente que en el oeste no estas, pero eso no importa, no importa que mis hijos se hayan ido y que esta casa se agrande cada año, mientras yo veo que esa ventanita de la cocina se me achica o quizás soy yo que otra vez olvidé los lentes sobre la mesa de noche, no, aquí hace falta mas que pensar que no paso nada, que todo lo que hicimos fue lo más correcto, claro, éramos chiquillos. Qué son veinte años cuando sabemos que aun nos queda por lo menos tres veces esa edad, entonces para qué seguir juntos ahora, para qué soportarnos por mas amor que haya si sabemos que tarde o temprano estaremos juntos.
Entonces mi querido Esteban en verdad no comprendo con claridad esta distancia tan ancha, no comprendo por qué jamás volvimos a mirarnos, por qué en mi cajón solo hay cartas tuyas y no fotografías, tampoco tus lentes ni el anillo que debió ser de nuestro compromiso, en vez de eso sólo hay un jarabe para la tos, un relicario de un marido muerto y en mi rostro muchas ojeras de hijos que no son tuyos. No, definitivamente no comprendo nada, o es que acaso por cada año que pasa, el egoísmo se apodera de mí y hace que vea mejor las cosas, pero no, desde luego que no es un reproche, cómo reprochar algo que yo misma propuse, cómo reprochar haber tenido una vida alejada de tu vida, entonces esta carta es solamente un papel con unas letras que no dicen nada, es sólo un mensaje que el cartero lo dejará cuando le de la gana, porque hoy es trece de abril y yo recuerdo que este día hace cuarenta años era para nosotros TODO, pero hoy..., hoy..., hasta da pereza mencionar, pero hoy no es mas que un día en mi casa solitaria, pero este otoño vuelve hacia mí con fuerza, hace que tiemble sosteniéndome de los brazos. Ay Dios mío, mis canas son tan blancas, casi están transparentes, y tú querido anciano debes estar buscando una palabra diferente en esta hoja, pero ves? Quizás no debí responderte, quizás debí ser como esas mujeres que se quedan solas mirando desde su puerta las estaciones que se depositan en el patio, quizás ya no soy la misma que conociste, quizás...

Te quiero mucho en este instante y en el otro también

Clara

Carta 2

Mí siempre Clara:

Parto desde hoy día un agujero que viene a dar la vuelta por mi casa, por estas cuatro paredes semejantes a una cueva en medio de la isla, descubro quizás que tus palabras han cogido una lanza de cariño y me ha apuntado en el mero corazón, corazón…
Disculpa lo cursi de la palabra, debe ser que quizás también los años me han vuelto un sentimental que no se contiene al tropezar con la primavera y que intenta despejar de sus canas esa amargura por la vejez. Pero debo darte la razón mi querida Clara, cada palabra tuya ha sido como esas preguntas que me formulo hace cuarenta años, quizás algunos sicólogos dirán que somos unos infantiles o que un cariño nunca es eterno, por mas que la palabra eterno sigue figurando en el diccionario, pero aunque no lo creas yo tengo una respuesta para cada pregunta que me formulas, lo malo es que no tengo ya la misma convicción que tenia antes que llegara tu carta, con esto no pienses que hubiese preferido que no me llegase nada, simplemente que esta soledad que se nos tropieza desde hace años nos va dirigiendo por un camino de distancias que no se cruzaran..., perdón, que no se cruzan.

Es un poco difícil hablar teniendo todo un pasado en contra, creo que no hace falta explicarte eso, si tú más que nadie sabe perfectamente que la soledad tiene el mejor argumento del mundo, tiene eso que se nos pegó a nosotros por años, pero lo que aun no logramos aceptar es que los argumentos no significan nada en la realidad, porque esta realidad nos dice que estamos a kilómetros de distancia y aun más, nos repite que tenemos una familia que no nos pertenece, entonces a diferencia tuya, a mí me jode el alma que el amor haya funcionado tan bien en teoría y tan mal en esa realidad de la que te hablo, sí Clara porque míranos aquí escribiendo estas cartas mientras los recuerdos en mi caso me traen tu sonrisa al despertar en las mañanas teniendo mi camisa puesta, dejando un agujero en esta mente de aquella muchacha que amé desde la primera vez que la vi, entonces tú no me creías eso de que hay amores a primera vista, pero yo siempre estuve seguro de eso, entonces esos dos años nuestros me dieron la razón y tú Clara me lo diste cuando me dijiste: “Ahora es mejor un adiós mientras somos uno” No sabes lo que es escribir estas palabras y no lograr mantener firme la mano, pero entonces ese adiós se multiplica y como ves se nos multiplicó por cuarenta años, se nos multiplicó en medio de hijos y de personas a quienes quisimos mucho, pero eso de amor a primera vista en mí se acabo desde siempre y para siempre, se me fue eso de lo cursi de un cariño que volvimos eterno estando tan lejos. Pero entonces volviendo a tener un mejor argumento, nosotros tuvimos ese amor perfecto que no se nos muere con los años, tan fiel como creer en Dios y hasta la misma palabra felicidad logramos sacarle provecho, y ahora otra vez la realidad nos aplasta y ante la lógica fuimos los mas grandes estupidos del mundo, entonces tus palabras vuelven nuevamente: “Ahora es mejor un adiós mientras somos uno” y otra vez a mi mano le vuelve eso de no mantenerse firme.
Entonces lo mío no es un reproche, esta carta solamente tiene por intención seguir siendo fiel a ti, pero comprenderás que no tengo ya veinte años y creo que mucho no me queda para adelante, entonces puedes mirar el mar y yo observaré mas allá de estos edificios, quizás coincidamos y otra vez habremos ganado, no te alegra Clara? Acaso no fue para eso que dimos la vida el uno por el otro? Me alegra que me escribas, aunque no te miento que no sé parar esto de que los recuerdos te aplasten sin compasión y que uno no tiene ya mas cabello negro conque defenderse.
Espero noticias tuyas y desde ya observaré mi buzón con atención

También te quiero en este momento y en el que viene ni que decir…

Esteban.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho, andrés. Lindo cuento con tu estilo inconfundible.
Te he vuelto a leer porque escribes bien pues! que se le va a hacer...

Te mando muchos abrazos y besos.

Tefy.

Noé Alvarado dijo...

uhmmm io creo q el amor no es para siempre. o quizas si...

a esa persona que amaste o pensaste amar siempre se le etndra en la mente...

el amor se acaba... pero para eso uno debe enamorarse todos los dias!

Fernanda Cobain Holopainen ♥ dijo...

me agrado la forma en ke escribes :D

BEATRIZ dijo...

Andrés,

vengo a saludar y decirte que he vuelto al blog, leyendo de prisa te digo que el cuento tiene una dinámica bonita, pero necesitaría leer otra vez para empaparme del contenido, me encantará volver.

saludos

Maguita dijo...

lindo andres ¡
siempre te leo , me encanta tu inspiracion tan extramadamente poetica y dulce
cariños ¡

Vergónides de Coock dijo...

Ta muy largo. ¡Viva el Perú, carajo! Suerte.

Anónimo dijo...

No te imaginás cuánto me inspiraste!
Me voy a escribir
un abrazo!

Xeh dijo...

Se fueron por donde mas les convenía, solo es una suposición, al igual que el amor no es para toda la vida, porque no dura… no tengo teorías del amor eso lo hacen los especialistas solo se que la felicidad en ese momento existe para ser sincera no es tan buena como algunos creen, simplemente es una palabra con un sentimiento carente de lo que se espera, es por eso que no me entusiasma ser feliz [reconoces algo’]

Aunque claro después de dejar pasar a alguien que quisiste amar “para el resto de tu vida” viene el arrepentimiento… y eso duele más

Frase que más me gusto
“A mí me jode el alma que el amor haya funcionado tan bien en teoría y tan mal en esa realidad de la que te hablo”

eqis dijo...

me has dejado con Los ojos humedos..
aLguna vez me paso por La mente qedar como cLara..esperando aLgo qe nunca pasara.. me ha traido tantos recuerdos eL cuento.. aah u_u
mejor no digo nada. ja..

Los nombres me hacen acordar a La casa de Los espiritus" de aLLende o-o ..me encanta ese Libro >.<

Cdte. ! :)

Amapola Psicovisceral dijo...

jo...la última frase es inmeorable.. "también te quiero en este momneto, y en el que viene ni qué decir"
genial, genial, genial.

siempre me emocionas..
gracias por eso.

Kata dijo...

Imagino cuántas veces Clara habrá recordado a Esteban en sus noches interminables.

.... ¿Esos amores epístolares, no?
Tu post me ha dejado pensando en muchas cosas, lo que significa que ha tenido un efecto en mí.

Gracias por escribir en mi blog.

Es grato leer cosas como esta, sigue escribiendo.

Kata

Xeh dijo...

Ella le dio todo el amor que oprimió durante los 3 años que el se fue, pues le pertenecía ha el… yo tampoco creo que haya el vivieron felices para siempre y se amaron, bla bla… pero si hay un tiempo en el que existe el “amor”, solo que después se vuelve tan monótono , no me creo especial solo fue la parte que mas me gusto…
Te sientes extraño?... aun así volveré hacerlo …
Creo que el vino afecta mas a las mujeres, o bueno quizás a mi … Yo siempre estoy nostálgica.
Adiós

Juan dijo...

No aceptaste el comentario, pero que soberbio. Solo por si aceptas este...como decia Saramango "Con los blogs se está escribiendo más, pero peor", almenos piénsalo.

Juan dijo...

Soberbio, espero que tu próxima entrada sea presentable y no llenes internet de cualquier cosa.

BEATRIZ dijo...

Yeah! está enternecedor el cuento. Sesenta años no parecen ser suficientes para dejarlo a uno anciano de canas blancas, sobre todo cuando hay tintes,jajaja...y sobre todo cuando se sortea la anchura de la distancia con cartas así de lindas.

No sé porque no me aparecen las actualizaciones de tu blog...hay algo raro, pero yo vuelvo.

Saludos

gitanilla dijo...

recuerdo q lo leí hace varios días pero el tiempo no me deja ni comentar al instante...

en fin, me gustó y me confundió...creí entenderlo pero ya ves...entendí a medias jajaja

saludos !

****


Juan: deja tu link pues!!!! a mi me gusta leer..a ver qué ofreces XD

no nos prives de tu blog! ...pero creo q debes pensar tu q es de cobardes escribir sin poner nombre o ubicación....