viernes, 17 de abril de 2009

Nunca es suficiente...



- Eres insoportable cuando crees que siempre tienes la razón!!! – Casi lo gritó con sus ojos brillando muy enfurecida. Yo la miraba y le trataba de decir que se calme, que mejor hablaríamos mañana y que después de todo no tenia ganas de ir al cine.
- No me trates como a una idiota, siempre haces lo mismo, no eres capaz ni de pelear – Yo por dentro pensaba qué era lo que realmente quería ella? Primero me dijo para ir al cine y luego me propuso ir a caminar hasta que nos cansemos, y yo a todo eso le había dicho sí porque era un viernes tranquilo y lo más importante era pasarlo con ella, pero todo se fue al demonio cuando me dijo que yo eligiera la película y entonces opte por una de ciencia ficción y eso a ella le enfureció porque sabia perfectamente que quería ver una comedia, inmediatamente me soltó la mano y salió de la cola dejándome parado. Dentro de mí supe que había logrado mi objetivo pero igual sentí molestia por la escena, así que luego de salir de la boleteria, fui donde ella a preguntarle: Qué era lo que pasaba? Ella no me respondía y yo francamente estaba harto para adivinanzas a treinta minutos de empezar la película. – Sabias perfectamente que yo quería ver otra cosa – Lo dijo con mucha rabia y yo le contesté que entonces por qué me había dicho que yo eligiese la película si ella ya tenia una en mente – Es porque tú ya lo debes de saber – Me respondió tan convencida de que eso tuviera lógica. – Pues sabrás que de Houdini no tengo nada y menos soy tan bueno como matusalén para ir escuchando tantas tonterías – Se lo dije tan tiernamente que sonó más a un cariño que a otra cosa. Ella se puso roja de la rabia y sus ojos brillaron levemente. Yo por dentro pensaba que definitivamente es fácil odiar a quien se quiere, que esa pequeña frontera que divide todo en la vida sólo está a un paso. Entonces ella se quedó callada sacando un cigarro y se puso a mirar el suelo estando yo al frente, quise decirle que se calmara y que no valía la pena pelear, que lo importante era que estuviésemos juntos – Juntos? No me hagas reír, sólo te veo tres veces a la semana, no conozco casi nada de ti, ni tu casa, ni quienes son tus padres ni algún amigo y cuando te pregunto por tus antiguas relaciones me cambias el tema con un beso, así que no me vengas con esas cosas a estas alturas – Yo en ese momento ya no tenia paciencia para soportar excusas para sacar otras cosas y más cuando la película estaba por comenzar y lo único que quería era sentarme, así que le di la ultima oportunidad y me volví acercar diciéndole que si elegí la película era para que ella pudiera dar su opinión antes que uno tenga que adivinar, que sabia todo eso pero que lo hice porque la quería, entonces ella se puso más furiosa de lo que yo creía que podía llegar y me dijo – No puedes pelear o por lo menos simular que a veces nunca tienes la razón – Eso si fue lo ultimo y más cuando lo dijo delante de otras personas que me miraban como si yo fuera la peor basura, porque simplemente ven a una mujer gritando y porque yo soy hombre y con eso se da por sentado que la culpa la tengo yo, así que le di un beso, me di la vuelta y caminé dirigiéndome a comprar un cigarro, estuvimos alejados diez minutos, cada uno en su extremo, hasta que ella se acercó y me sonrió levemente, qué diferencia con el rostro de hace un rato, realmente tenia una sonrisa hermosa. Me dijo que vería conmigo lo que fuera y que ya se le había pasado todo, que solamente necesitaba respirar y listo, yo la miraba como si mirase a alguien que estuviera en la otra esquina, entonces mientras seguía hablando, no sé si me daba excusas o me decía lo que sentía por mí, yo por dentro iba deletreando su nombre, me imaginaba sin ella, antes de ella, después de ella, y sentía lo mismo, no iba a cambiar nada, entonces reaccioné y le tapé la boca con un dedo, le acaricié sus cabellos y le dije que pediría un taxi y ella me respondió que no hacia falta, que vería la película conmigo y que lo pasaríamos bien, entonces yo le sonreí, saqué un papel de mi bolsillo y se lo puse en la mano, era una entrada para la comedia que ella quería, solamente era una, le dije que no había problema ya que yo daría unas miles de vueltas hasta que acabara y la vendría a recoger, que la entendía más de lo que ella pensaba, pero que lastimosamente yo casi siempre tenia la razón, que nadie me ordena nada y que quizás si tenga algo de Houdini como de jodido. Todo eso se lo dije mientras la acompañaba a la sala del cine, le alzaba la mano para que entregara su boleto y le decía que siguiera de frente a la sala numero 6. Cuando entró, yo salí del cine a dar una vuelta que se volvería en muchas vueltas más, mientras sentía que muy pronto tendría mucho tiempo libre y que buscaría taparlo con un hueco que al fin de cuentas no taparía nada.

Pasó dos horas y en silencio pasó la noche, la semana, el mes… Hasta que todo terminó como siempre termina. Siempre…