jueves, 12 de marzo de 2009

Nunca hubo tiempo en Abril



La primera vez que la besé fue de despedida, porque para nosotros las despedidas han sido esas ocasiones en que nos hemos querido sin ningún límite y control. Yo quisiera pensar que todo lo nuestro estaba destinado al fracaso y sin embargo no logro de alguna manera mantener el control de mis ideas y poder decirle adiós para siempre.

A veces siento que cuando más cerca ella está de mí, de verdad la estoy perdiendo, por eso en muchas ocasiones nos resistimos a querernos como debería ser, lograr mantener esa distancia entre lo que en el fondo no tendría futuro. Emma y yo intentamos de todas las maneras posibles y no conseguimos dejar de decirnos “Te quiero”. Aquel miércoles mientras por primera vez nos besábamos en ese oscuro piso diciéndonos que todo era tan injusto, supe de una vez que ella jamás seria mía, que jamás podría quererla como hace mucho me negué a querer y Emma lo sabe, lo sabe tan bien que se da cuenta que tampoco me podrá querer como ella quisiera. Entonces esa noche que la garúa golpeaba fuerte en ese sótano, sólo éramos dos personas que llegaron en un mal momento, que cruzaron sus vidas en el peor de los escenarios y aunque esa vez acordamos que no volveríamos a unirnos supimos en el fondo que habría mas encuentros que a la larga serian muchos desencuentros más, sí, porque en realidad lo único que con Emma conseguimos fue tener “instantes”, instantes en que pudimos ser por unos minutos esas personas que buscábamos en el fondo ser, porque en cada rincón donde nos escondíamos para juntar labio con labio como persiguiendo un sentido para lo eterno, lo único que conseguíamos era saber que esos instantes nos iban dejando un mal sabor, una ansiedad de querer más, pero ese “más” era imposible desde todo punto de vista.

Yo la quería tanto y no sé por qué ella también me quería a mí, como tampoco sé por qué luchaba mucho para en el fondo no sentir eso, sé que suena contradictorio todo, pero con Emma lo único que hubo de lógica fue que tarde o temprano estaríamos abrazados en la oscuridad, así eso haya sido el peor error para nosotros.

En esos casi tres meses de separaciones y reconciliaciones muchas veces pensé en dejarla completamente y muchas veces logré alejarla de mi mente pero siempre caía en la trampa del recuerdo, en esa maldita trampa que desde que era un niño me persigue para no creer en olvidos. Hasta que de pronto un día de julio ella decidió alejarse de mí, decidió poner punto a todo diciéndome que mejor seriamos amigos y yo acepté porque era lo mejor y que si así era feliz yo seria feliz, pero Emma no contaba con que se estaba engañando y por eso días después me dijo que no podría ser mi amiga nunca, que aun no estaba preparada para eso y que era mejor alejarnos definitivamente y aunque no la quería perder, ella se fue de mí y yo después de mucho tiempo me volví a sentir muy triste.

Ahora el tiempo con Emma se me agota y es extraño, porque después de casi un mes de esa separación violenta hemos vuelto a juntarnos poco a poco, de volver a reírnos, de abrazarnos y de mirarnos a los ojos desviando la mirada para no besarnos, aunque al final no pudimos evitar eso y otra vez pienso que todo es tan raro porque siento que ella está volviendo a ser la de antes, está volviendo a ser esa muchachita que me miraba encantada y que quería todo de mí, mostrándome nuevamente sus celos, dejándome en claro que me quiere en este instante y en el otro también, como me lo dice siempre por mensajes y todo es tan ilógico porque pensé que ya habíamos llegado a un fin, pero no, ella de nuevo trata de estar en mi vida y yo me he sorprendido porque me he dado cuenta que la quiero tener de vuelta, así todo sea un error, así el tiempo esté en nuestra contra porque ella se ira dentro de unas semanas y no sabemos qué pasará en el futuro, ahora todo me golpea, otra vez me estoy asfixiando en dudas y ella no sabe cómo tampoco detener eso, me dice que no pensaba caer otra vez en la trampa de quererme, entonces lo vuelve a pensar bien y me dice que quizás en el fondo nunca dejó de hacerlo, yo quisiera decirle que sí pude pero que el maldito masoquista que hay dentro de mí ha traído todo de vuelta por esos recuerdos que no quisieron morirse.

Ahora la beso y ella me busca, yo la busco y ella me besa, mientras vamos avanzando en la noche persiguiendo todos los lugares oscuros por las calles para volver a tener esos instantes, buscamos detener todo a nuestro alrededor sin que nadie nos vea, que ella sólo sea para mí y viceversa, pero Emma se va, ella se mudará y cambiará de entorno y yo le digo que la extrañaré, ella sonríe con los ojos rojos pidiéndome que la abrase y yo la abrazo porque no hay otra forma de expresarle lo que siento, porque no necesito otro instante que no sea este y ella me besa, me repite que me quiere y yo le digo que tarde o temprano querrá a otro y ella se molesta aunque eso sea verdad, y me dice que seguro yo haré lo mismo, porque un clavo saca a otro clavo y aunque en el fondo eso es mentira, es el único consuelo que tenemos para poder de alguna forma separarnos.

Porque para olvidarme ella se irá de todo y buscara al tipo ideal, borrara mi numero de su celular evitándose cruzarse conmigo mientras yo lo único que necesitaré es tener otro instante donde ella ya no ocupe mis sentidos y se ira dentro de mí como lo hicieron tantas personas en mi pasado y ya no volveré a escribir sobre ella, es mas desde ahora cuando escriba de Emma me dirigiré hacia su persona con el apelativo de “E” para poco a poco poder lograr lo que deseamos hace mucho tiempo… olvidarnos… olvidarnos… así eso sea mentira…