miércoles, 6 de enero de 2010

La noche se columpia hasta perderse en mis manos...




Cuando andrés llegó esa noche a su casa sentía que aquel invierno que caía sobre Lima le daba el instante que él siempre buscó desde que era un niño, ese instante que lo condujo hacia esa muchachita que acababa de besar en esas pequeñas esquinas donde se habían escondidos para decirse cuánto se querían… Sin embargo andrés también sentía que como todo lo que tenia con ella estaba hecho de instantes, eso iba llegar muy pronto a un final, ese final que lo dejaba sin lluvia y sin esa muchachita que él tanto quería… Por qué? se preguntaba a veces cuando caía en esos momentos en el que no se quiere perder, en el que uno quisiera creer que existe la palabra “siempre” pero no, andrés al preguntarse tantas cosas también se daba cuenta que cuando ella ya no esté con él volverían esas inmensas noches vacías, esos agujeros de ternura que él llenaba poco a poco con escribir…

Esa noche andrés la había mirado tanto, le había acariciado sus mejillas y trataba por dentro de que eso fuera un infinito para él, mientras ella lo miraba con esa ternura asfixiante, con esos ojos que lo abrigaban a andrés hasta dejarlo indefenso de esas calles, de esos cielos, de esos minutos que corrían con desesperación para que los dos de una vez se marchen y tengan toda la noche para escribirse y extrañarse y dormir juntos a la distancia sin que todo sea así de injusto…. Todo eso andrés lo veía lentamente mientras le decía a ella cuánto la quería…

Cada noche de esa semana, andrés cogia su celular al entrar en la madrugada y le escribía a ella mientras ambos sentían que todo el mundo dormía menos ellos, era como si fueran los únicos que existían en ese instante y era tan bello eso, tan bello y a la vez inquietante porque andrés cada noche, cada minuto, cada palabra que lograba sacar dentro suyo sentía que se agotaba en el recuerdo, en esas noches donde ella ya no esté junto a él, cuando la noche interminable y seca haya sido columpiada por una primavera que deshojaba todas las cosas que ellos encontraron desde la primera vez que se quisieron… maldición… mierda… mierda… andrés se decía mucho en esas noches oscuras como queriendo explicarse nuevamente que nada es como los sueños ni como el orden establecido, nada es amor ni mucho menos odio, nada es completamente oscuro ni blanco… nada es verdad y sin embargo él ya sabia todo eso tan bien que sintió por primera vez frió….

Por eso cada noche andrés se sentaba en su sillón con las luces apagadas, esperando que en esa soledad tan llena de ella lo condujera a ya no creer en lo que estaba siempre claro para él… Nada dura para siempre… Fue lo que se dijo esa noche en plena oscuridad mientras con los ojos cerrados remendaba algún recuerdo de más que en el futuro le haría daño, por eso no dejaba que la lluvia que caía en ese instante en Lima y ni siquiera dejaba que ese frío despeinado cerrara de golpe ese amor que andrés no se daba cuenta que tenia. La quería… claro que la quería, siempre la quiso, desde que la vio por primera vez caminando solitaria, desde que sus palabras cayeron sobre él como si por fin andrés tuviera esa lección que siempre él dio a las demás personas…. Sin embargo no estaba dispuesto a sufrir así de golpe, no estaba dispuesto a dejarla cuando en realidad en el fondo ya la había dejado ir, Por qué? Se dijo nuevamente en esa soledad… Por qué? si a la larga te hubiera querido tanto… Y en ese momento otro mensaje de ella le volvió a llegar al celular… andrés lo leyó sonriendo levemente… ”Me costará separarme de ti, me tragaré todo lo que siento pero aun me duele demasiado…” En ese instante apagó su celular, era lo mejor aunque sea por unos minutos, había logrado percibir el dolor del que tanto hablaba ella, había logrado sucumbir a pesar de su orgullo y eso le molestó, se sentía débil, triste con una “tristeza” cursi y llena de flores, una tristeza que andrés desde que era un niño no sentía y por eso se odió, se odió que vaya a existir en el futuro tantas noches sin ella, tantas caminatas solo con esa oscuridad que para los dos eran su único refugio, odió que los amaneceres le trajeran futuras imágenes y por ultimo odió que el universo siempre conspirara contra él…

Cerró los ojos, puso una leve música en sus oídos y quiso maldecir un poco más pero ya había pasado el instante, ya había pasado el descontrol y sentía que por fin volvía a ser el mismo tonto de cabello despeinado, se sintió agotado, adormecido…. Algún día la dejaría de querer, algún día querría a otra y algún día se quedaría solo como siempre lo pensaba en el fondo…

Poco a poco se iba quedando dormido… hasta que con su mano prendió nuevamente el celular y cuando sus ojos lograron cerrarse, llegó otro mensaje de ella que decía… “Mañana será otro día…no sé si lluvioso o soleado, pero espero que mejor que este que fue muy corto para nosotros, te quiero, no es fácil olvidar… no lo es….”

andrés ya estaba dormido y aun así soñó que le respondía miles de mensajes más que se perderían para siempre en su cabeza o hasta que él la vuelva a ver, otra vez…