miércoles, 15 de julio de 2009

Nada muere... sólo cambia de lugar...




Ayer caminé por los lugares de antes
Por esa calle oscura y por la tienda de cigarrillos baratos
Me dio frío en las manos observar los árboles amarillos y
oír los claxon de los autos estacionados.

Me dio risa la charla de los borrachos y esa
forma del viento en mi cabello.
Entonces recordé nuestras charlas ingenuas sobre nosotros,
Sobre eso del “siempre” y de que no hay peor mentira que la de
soñar despierto,

Recordé las innumerables cenas en tu mesa y de como
los besos contigo decaían en un cine observando al actor morirse.

Entonces te extrañé como si el que te extrañara
hubiera hundido su dedo sobre una nube pesada.
Entonces miré a mi lado y no estabas
Busqué cartas, teléfonos y no tenia ni un centavo

Pensé en despedidas, en olvidos, en muertes...

Y me di cuenta que el cigarrillo se me apagaba,
Que la ultima función de cine estaba a punto de terminar y
que tú ni te asomabas con tus frases peculiares, con esa
inagotable sonrisa roja

Y otra vez comencé a recordar aquella frase...
“El amor no muere..., sólo cambia de lugar”

Y ya no sé lo que digo, lo que señalo...
Y todo lo pienso retardando los minutos de mi estupidez,
hasta que vea el bus avanzando y la tristeza se quede vacía.

El cielo es un agujero azul.
La soledad es una costumbre.
Es un punto muerto debajo de la ventana
donde miro, me escondo y respiro

Donde nunca más seremos uno...



Ene 2005