jueves, 28 de mayo de 2009

El querer que nunca fue querer y sin embargo...




Yo no quiero que acabe el fin de semana, me siento tan tranquilo tirado en el sofá de Beatriz que me importa un bledo si llegan sus padres y deciden botarme por ser un extraño. Ella me dice para salir y yo le respondo que cuando la noche se haya plantado definitivamente en el cielo, podíamos ir a donde ella quisiese. Como Beatriz me quiere tanto lo acepta poniendo la música que a mí me gusta. Ella me dice que sus padres tienen una botella de Johny Walker etiqueta azul para casos especiales y a pesar que yo no soy muy amigo del licor, le digo que este sábado es muy especial porque era la primera vez que nos emborracharíamos juntos. Ella se ríe y me dice que buscaría las copas y que yo vaya poniendo los cojines en el suelo para así no perder tiempo en la caída que nos daremos al terminar, yo le hago caso porque me parece una magnifica idea. Después de unos minutos ella trae la botella y aparte en un recipiente trae también hielo.

Entonces comienza el primer brindis de la tarde recordando la primera vez que nos vimos, yo le digo que la primera vez nunca se olvida y si se es afortunado tampoco la segunda, a lo que Beatriz está totalmente de acuerdo y me dice que ella tiene una excelente memoria y por eso sólo usa su diario cuando ya no tiene nada que hacer, yo le aplaudo mientras me sirvo mi segundo vaso recordando que más tarde tenia que encontrarme con mis amigos en la pared de siempre, entonces le digo a Beatriz si me haría el honor de acompañarme “a mi vida con ellos” Ella se sorprende, es la primera vez que conocería algo mas de mí que no sea mi persona y me dice que ni un licor tan caro la tenia preparada para esa pregunta, yo le digo que lo piense mientras nos servimos el tercer vaso. De pronto la música se detiene en una canción tristisima, es algo criollo o quizás es algún bolero… Es Nat king Cole y por ser noviembre comenzamos a cantar agarrados de la mano sin importarnos la hora: “…Ansiedad… de tener tus encantos y en la boca volverte a besar…Tal vez este llorando mis pensamientos, mis lagrimas son perlas que caen al mar y el eco adormecido, de este lamento hace que este presente en mi soñar…”
Ella tiene una linda voz mientras yo sólo hago el intento por no hacer el ridículo, de verdad es tan triste esa canción que tuvimos que decir salud por cuarta vez porque en Lima llovía y los cristales de la casa nos recordaban con cada golpe que nada es eterno, mientras yo tenia tantas ganas de escribir y se lo confieso con timidez y ella me responde que buscaría un cuaderno, pero inmediatamente la detengo diciéndole que no se mueva, quiero verla con esa tristeza que la casa y la música nos envuelve, ella sonríe y me pide por favor que la saque de ahí, pero antes que nada faltaba el quinto salud y yo la beso porque lo dijo con un toque mágico que me conmovió hasta el punto de olvidarme por un segundo mi nombre.

De pronto escuchamos ruidos en la cochera, ella me dice que los suegros llegaron y yo me río diciéndole que quería el divorcio en este momento. Beatriz me empuja y me lleva a la cocina casi cayéndonos, sosteniendo débilmente los vasos y la botella, entonces yo le recuerdo que una vez tuve que saltar de una ventana por una situación parecida, pero ella me abraza y me dice que lo único que haríamos era estar en silencio hasta que suban a su cuarto mientras nosotros muy conchudos nos saldríamos por la puerta principal. Yo me río tanto porque pienso que debería tomar con Beatriz más seguido y ella me sigue abrazando hasta que escuchamos pasos en la escalera.
Nos reímos al mismo tiempo, entonces me agarró de la mano y salimos despacio burlándonos de todo alrededor, antes de cerrar la puerta ella grita con todas sus fuerzas “Me largo!!!” y da un portazo e inmediatamente me dice que corramos y así lo hacemos hasta llegar a una esquina y mirar como salía su padre buscando sorprendido algo. Yo le digo que definitivamente algo parecido ya me había sucedido pero ella me calla con su dedo diciéndome: “Pero esta vez saliste con la chica” Entonces nos reímos, y nos besamos, y la tarde que con cada golpe se volvía más oscura nos hacia temer algo que podía ocurrir... Yo miraba mi reloj y notaba que era las nueve y sabía que a las diez tendría que encontrarme con mis amigos. Le vuelvo a repetir por el licor en mi cabeza si me quiere acompañar a conocerlos, pero Beatriz está callada, su boca se le había detenido mirándome, de pronto me dice que quiere caminar y lo hace dejándome parado. Yo voy tras de ella como si fuera una ceremonia en silencio, la veo de espaldas abrazándose así misma, jugando al viento en sus cabellos. De pronto: Alto!!! Le grito y ella me responde que no tiene ganas de seguir ahí, le grito Alto!!!! Por segunda vez y ella alza su brazo remedándome con sus manos. Yo pienso que nunca seremos uno y sin embargo sé que la extraño siempre cuando la tarde se vuelve gris, cuando escucho una canción que me despeina algún recuerdo insensato.

Entonces de la nada Beatriz se detiene, da la vuelta y lo vuelve hacer riéndose, yo pienso que es por el licor que hemos bebido que tiene ese comportamiento y le digo que se detenga, que es mejor marcharme. Ella se queda quieta y me mira, tiene un semblante triste, parece que le faltara algo o simplemente es la nostalgia que se tiene cuando nos perdemos en unas copas de más. Me recuerda a mí por esos espontáneos delirios que aburren a cualquiera. De repente me dice con la mano adiós… adiós andrés, adiós amigo, adiós estupido, adiós noviembre…

Hacía frió ese sábado, me gusta siempre que sean así las noches. Me voy caminando lentamente al paradero para irme a Lince, pensando que se me escapaba de la mano mi cariño, odiando mucho el licor, con el celular sonando porque los amigos son impacientes. Pensando en Beatriz y en lo cursi que resulta no querer a nadie y hacerlo a la vez, y también riéndome mucho por lo chistoso que se habrá visto su papá de ella buscando la nada siendo tan tontos los dos…

sábado, 23 de mayo de 2009

El olvido...? definitivamente no...



En este último tiempo he leído en muchos post y con muchas personas que con quienes he conversado siempre han coincidido con la idea de que quieren olvidar…

Yo siempre a eso he contestado que simplemente eso es imposible, que no se puede y que además no se debería olvidar… quizás todo puede desembocar en ignorar el sentimiento hasta que poco a poco llegue al “desinterés”, pero olvidar? No… definitivamente no… Quizás sueno pesimista, quizás sueno a un tipo demasiado nostálgico para escribir cosas que alegren y diviertan a los demás, en parte tal vez sea así, yo desde los catorce años me di cuenta que lo que pienso a todos les parece ridículo o aburrido, quizá por eso la soledad siempre estuvo conmigo así estando alrededor de gentes, siempre he tenido ese momento en que me pierdo por un instante mientras mis amigos me empujan diciéndome “Qué te pasa andrés?” y no… no me pasa nada o quizás me pasa mucho, tal vez de repente caí en el instante que se fue y que voy cavilando en cómo recuperarlo, entonces respondo que no pasa nada, que son tonterías, y entonces me vuelvo tan iguales a ellos y festejo por cosas que a veces no se deben festejar…

Yo jamás olvidaré a quienes quise, a quienes me entregaron parte de su vida para estar abrazada a la mía con la única condición de quererme, por eso es que escribo de mi pasado, de esos instante en el que fui coherente siempre con lo que pensé y sentí en ese momento, jamás nadie me podrá reprocha una infidelidad, ni maltrato, ni siquiera de mentir… quizás podrán decirme que soy un terco, un arrogante y hasta un maldito orgulloso, una persona que se defiende con sus palabras sarcásticas, que se agota en el momento mismo del cariño y que se va como siempre solo, una persona que al atardecer se conmueve con lo cursi del recuerdo, que practica la tristeza para comprender lo que significa la felicidad, porque para mí el recuerdo es la cajita donde podemos ser inmortales en uno mismo en los ojos de los demás, porque muchas personas se confunden cuando digo que el olvido no existe y piensan que eso significa que siempre se querrá a las personas con la misma fuerza del pasado, no, eso no es así, porque el amor no muere sólo cambia de lugar, sólo vuela hasta caer en otro amor y volver a empezar nuevamente…

Yo jamás como dije olvidaré a las personas que quise, porque para mí el recuerdo se vuelve mas fuerte que el mismísimo cariño, se vuelve mucho mas grande y quizás por eso es que mi pasado siempre incomodó a muchas que estuvieron en mi vida, lo sé a veces no sirve ser tan sincero y directo cuando te preguntan por ti, cuando quieren confirmar que mis ojos desviados a la nada están diciendo la verdad….

Ahora para mí abril ya pasó otra vez dejándome un vacío que trato de comprender… este mayo está cubriendo Lima con un gris que quiero, un gris que me ayuda a caminar por sitios donde casi nadie camina, no tengo ganas de llegar a mi casa, la verdad no tengo ganas de llegar a ningún lugar, solamente caminar esperando que garúe y si dios me quiere quizás hasta pueda llover, pero sé que aquí en Lima nunca lloverá, pero supongo que siempre uno tiene esperanzas de cosas que son imposibles. Pero aun así me voy perdiendo con las manos en el bolsillo de mi saco negro por algunos lugares, a veces me río o hablo solo o simplemente espero esos encuentros que tengo en mi mente desde hace mucho tiempo, por eso hay momentos en que no quiero que nadie me hable, no quiero que me interrumpan cuando estoy caminado, cuando estoy escribiendo, cuando leo, a veces todo a mi alrededor me parece tan ajeno y distante, a veces odio esos lugares donde hay mucha aglomeración de personas y me siento perdido como buscando alguna calle vacía y oscura porque la maldita luz me fastidia mucho, me interrumpe haciéndome sentir indefenso y molesto, por eso es que no me gusta el sol con su verano, es el peor momento para mí y quizás por eso ya nadie se atreve a invitarme a la playa o simplemente a salir a caminar por ahí en las mañanas…

Desde hace muchos años me di cuenta que las cosas establecidas, las cosas populares en su mayoría no son ciertas, por ejemplo no creo que el amor sea solamente bueno, sino que está por encima del bien y del mal y que puede caer en cualquier lado depende de cómo lo lleva cada uno pero aun así sigue siendo amor… Tampoco creo que lo blanco deba significar sólo pureza y que lo negro sea malo, no creo que la felicidad sea eterna quizás el bienestar lo sea, pero la felicidad es un par de segundos mas allá de todo solamente, también creo que la tristeza es una de las mejores cosas que puede pasar si la manejamos bien, la tristeza es la única radiografía que te da la verdadera condición de cómo estas y de tu limite, es por eso que a partir de ahí podemos ser mejores y cometer menos errores, es por eso que la vida siempre será triste, la vida siempre tendrá instantes felices, es lo que nos toca vivir y abandonar, morir unos segundos para que otros puedan vivir… son tantas las cosas en las que creo y es por eso que vuelvo al comienzo… Olvidar? No… eso no existe y menos mal que es así, sino seriamos simples estupidos que se chocan entre si… además como dice Sanz en una de sus canciones… “Es que hay gente que no consigues olvidar jamás… No importa el tiempo que eso dure…”

Lo recuerdas no? Yo sí…

sábado, 16 de mayo de 2009

Recuerdos de una pelea otoñal con "E"



"E" me dice… “Aún la quieres a ella… y si no es a ella entonces a las otras de las que tantas veces me has hablado y que has escrito en innumerables oportunidades…” Mientras ella me recrimina todo esto mirándome a los ojos con una cólera que hace mucho tiempo no veía, pienso que soy un idiota, siempre mi sinceridad y las cosas que escribo me juegan una mala pasada y ahora ella está tan furiosa que necesitaba abrazarla para que ya no me mire de esa manera… "Pero E…" “Nada de eso andrés, simplemente siento que en cada rincón de estas calles ya has estado con alguien mas, que si nos pasa algo ya lo viviste con otra, entonces pienso que soy una repetición de tu pasado, seguro que en algunos momentos me comparas con las demás…” Yo pienso que "E" en parte tiene razón, pero por otra parte se equivoca mucho, yo jamás la he comparado con nadie, jamás podría describir sus ojos decorados por las mas lindas pestañas que existen, con los ojos de otra mujer, jamás esa ternura inquietante ha podido ser desbordada por otra ternura, aunque por otro lado tiene razón, he sido demasiado desatinado al hablar sobre mi vida, de esas cosas de las que ya no debo mencionar…

En ese instante voy recordando muchos detalles, como por ejemplo la primera vez que conocí a "E" y mientras mas lo pienso voy dándome cuenta que de eso no ha sido hace mucho tiempo, no han pasado ni dos meses de conocernos y ya en todo ese tiempo hemos vivido situaciones que ningún par de amigos han pasado… Sí… y si digo “amigos” es porque "E" y yo somos amigos o por lo menos es eso lo que nos decimos todos los días cuando nos vamos caminando abrazados diciéndonos al oído lo mucho que nos queremos….

Mientras seguimos en esa cuadra de Miraflores mirándonos fijamente, yo tomo la ofensiva y le pregunto que por qué tanto le molesta eso? Acaso he hecho algo malo, acaso tiene derecho de molestarse y mientras más sigo hablando sus ojos y sus mejillas que se van sonrojando cada vez más, me demuestran que ella está llegando al límite de su furia, pero aun así prosigo… Acaso no puedes decirlo…? (mientras digo todo esto, con mis dedos imito su labios para que los mueva y diga algo) acaso eres tan cobarde que no me puedes decir por qué te molesta… “Simplemente me molesta y punto, así que si algún día…” Entonces ella se calla y yo le exijo que termine de hablar… “Si algún día estas con otra chica, una amiga…jamás le hables de mí ya que le harás daño, no quiero que me menciones y mucho menos quiero que escribas algo sobre nosotros, nunca mas…” Cuando termina de hablar yo necesito y quiero abrazarla pero ella me rechaza con molestia, mientras andamos en esa lucha de cariño, se acerca una señora muy mayor y le dice a "E" que si realmente está enamorada primero se tiene que querer a si misma y tiene que comenzar mandándome al demonio porque era un cretino que no la valoraba, que no era capaz de escucharla y de pedirle perdón… En ese momento yo quería mandar a la mierda a esa vieja metiche porque no sabia de lo que hablaba, pero "E" no decía nada y solo la miraba hasta que yo le dije que nos dejara en paz y que no se metiera en lo que no le incumbía, así que la vieja se fue dando comentarios hasta que desapareció de nuestra vista…

Luego de esa estupida escena, le tomo el rostro a "E" y le digo que la quiero mucho, que me es importante y necesaria, pero "E" no quiere escucharme, insiste que soy un tonto, que nunca le demuestro que la quiero, que cuando se acerca alguien que nos conoce yo la suelto si estamos abrazados o simplemente me alejo, que definitivamente no la quiero y me dice tantas otras cosas que poco a poco me van haciendo sentir que la estoy perdiendo…

Y yo no la quiero perder… y eso lo voy sintiendo con cada segundo que pasa, la necesito mucho, necesito estar con "E" todos los días, escuchar cómo estuvo su mañana, cómo se pelea con sus hermanos, que me cuente alguna historia de su infancia y que me adorne el cielo gris de Lima con sus ojos. Creo que hasta ese momento no me había dado cuenta como esa muchachita linda se ha vuelto necesaria en mi vida, porque si ella no estuviera aquí simplemente yo estaría rondando por pasados y besando uno que otro labio que no necesito en este instante, porque todo en mi vida en este ultimo tiempo se ha ido volviendo en una repetición asquerosa de brazos y cabellos que por un instante me divirtieron pero que ya no necesito, entonces mientras voy pensando todo esto me voy sintiendo muy vulnerable y eso me molesta, quiero que "E" se vaya o en el fondo el que se tiene que ir soy yo, pero la miro y simplemente esa ternura me hace desistir de cualquier idea de fuga y mas bien hace que haga a lado mi orgullo y le pida insistentemente que por favor se quede un rato mas para resolver todo esto… “No quiero, además ya es tarde y mis padres se molestaran si me demoro” Yo le insito por enésima vez que se quede o por lo menos que me deje acompañarla como siempre al paradero… “No andrés, no puedo caminar en estos momentos contigo, estoy muy molesta, creo que no solucionaremos nada hoy” Por ultima vez le insito y le digo que le estoy demostrando lo mucho que la quiero ya que he bajado mi orgullo muchísimo y que si se va simplemente terminará de quebrar algo que se está volviendo muy frágil… "E" me mira y me dice… “Adiós andrés” y me deja ahí parado percibiendo el olor a garúa que está a punto de caer.

De camino a mi casa solo, pienso que en el fondo "E" y yo somos tan distintos y es por eso que nos queremos tanto pero a la vez es eso nuestra ruina, ella no podría soportar mi libertad y mi pasado y yo no podría soportar su tranquilidad y su entorno… Es por eso que nunca nos diremos esas palabras que quizás queremos decirnos hace mucho y eso es una gran pena, aunque en mi caso no me sorprende, porque siempre hay algo que me malogra el pequeño instante cuando aparece alguien así de importante…

Es de madrugada y no puedo terminar un trabajo que tengo en la computadora, simplemente "E" está en mi mente y ese sentimiento de perdida se agranda cada vez mas, así que salgo a la calle y la llamo al celular, timbra y timbra y ella no me contesta… así que le dejo un mensaje de voz diciéndole que si esa no es la muestra de lo mucho que la quiero entonces no sé qué más quiere de mí, le pido que por favor no vaya a sus clases en la mañana y que yo faltaría a mi trabajo y que así tendríamos tiempo para solucionar todo lo que nos está separando, que por favor me mande un mensaje y me confirme si lo hará…

El mensaje esperado nunca llegó a mi celular y a la vez en ese momento mi orgullo se iba remendando en mi mente, consiguiendo tomar la decisión que nunca mas me acercaría donde ella o por lo menos ya no le insistiría en nada… aunque en el fondo "E" y yo todavía tenemos mucho tiempo y cariño de sobra para hacernos aun mas daño…

domingo, 10 de mayo de 2009

No soy ni un centimetro sin ti...


Mamá con Ale




Cuando ella me dijo que iríamos a caminar, supe que algo no andaba bien, a pesar de mis cinco años yo sabia perfectamente que algo dentro de ella le preocupaba, sus ojos desolados por la tarde parecían tener una lagrima que nunca iba a nacer pero que estaría ahí como una daga en esas pupilas negras tan grandes. Ella siempre llevándome de la mano, porque sus manos aunque muy delicadas siempre fueron muy fuertes que siempre me daban seguridad para hacer cualquier cosa si estaba a mí lado. Ese día caminamos por calles que mi memoria no lograba plasmar a plenitud, simplemente su perfume de casa lograba ocupar mis sentidos y no confundirme con lo mentirosa que puede ser la vida. Ella a pesar de no ser alta, yo tenia que alzar mi cabeza lo más que podía para ver su rostro tan lindo que me dejaba en claro que iba a ser la mujer más importante en toda mi vida. Yo la conocí de pequeño, creo que aun antes de tocar sus manos y de llorarle en la cara como un recién llegado, no recuerdo la primera vez que me elevó en sus brazos, tampoco cuando me dio mi alimento de su propio interior, mucho menos recuerdo las tantas canciones que intentaban no hacerme ese chiquito llorón que siempre fui.

Nunca supe su nombre hasta que fui un niño malcriado, era suficiente con una palabra tan simple y a la vez tan poderosa como es el de decirle: “mamá” porque Silvia era un nombre de mujer que se había casado joven y que estudió confección en una academia que nunca conocí, Silvia es para los pocos amigos, para sus hermanas o simplemente para ella misma cuando se buscaba tímidamente en el espejo.

Ese día caminamos mucho, no reconocía las calles, aunque a los cinco años todo es desconocido como una selva de hojas oscuras, lo único que me causaba sorpresa era que mi madre tan alegre, tan sonrisa y tan serena estuviera a lado mío demasiado callada cuando nunca era así, con esa monotonía de rostro que en los últimos minutos me causaba un gran asombro y ganas de preguntarle tantas cosas como: el por qué sólo estábamos los dos? Por qué no me hablaba? y desde luego preguntarle como siempre: quién era la persona más importante de su vida? Pero ese día yo fui tan mudo como el pajarito que se posaba en mi ventana en primavera y que me ignoraba cuando yo quería tocarlo.

Luego de varios minutos el atardecer caía bajo el manto de esas nubes grises, entonces empezó a llover y esa lluvia me entristeció tanto que me sentí tan bien de experimentar eso, el viento siempre despeinado me conmovía trémulamente que me daba tantas ganas de decirle a ella de irnos para siempre los dos. Mamá seguía callada, de vez en cuando me miraba sonriendo y yo trataba de imitarla pero no me salía tan bien porque con esa agua cayendo iba dándome cuenta que nunca más seria feliz, que la cotidianidad pesada que marcaba el paso me iba a causar una nausea que en ese entonces no entendía bien, entonces quise decirle que tenia miedo, que por primera vez en mucho tiempo me sentía en un hueco tan profundo y que por primera vez mi nombre no significaba nada, entonces cuando estuve apunto de gritarle: Alto!!! Nos detuvimos en un parque y ella me dijo que vaya a jugar, mientras se sentaba en una banca mirándome fijamente, yo me quedé quieto, con esa duda de correr o abrazarla, quise decirle que aun no estaba listo, que mejor seria ser como los demás y que ella tomara mis decisiones, pero su mirada tan serena de siempre me condujo con una brisa que sentí en la mejillas hacia al frente, entonces sin decir nada corrí hacia los árboles que formaban puentes frágiles en el aire y di muchas vueltas como me dio la gana, varias veces me caí y varias veces me tuve que levantar yo mismo a pesar que tenia muchos raspones, ella sólo me miraba con una gran sonrisa que casi tapaba la tristeza de sus ojos, así seguí saltando, corriendo, matando hormigas y retando a la lluvia a que me tocara.

Pasó más de una hora cuando me detuve y caminé despacio hacia la banca, ella me tocó el rostro y sacó un pañuelo para limpiarme las mejillas, yo le detuve la mano, agarré el pañuelo y yo mismo me limpié lo mejor que pude, ella sólo podía sonreír tímidamente mientras aceptaba mi decisión porque yo entendía perfectamente todo, no hacía falta más palabra, mucho menos hacía falta una hora más de esa lluvia en ese parque cómplice para los dos, entonces nos miramos por ultima vez, le dije que hoy no tenia ganas de ver televisión al llegar a casa, le dije muchas cosas y ella me decía sí a todo, luego la abrasé y le dije que nunca olvidaría esto, que podía ser un niño pero desde hoy ya no tendría miedo de abrir la puerta ni de salir yo solo a jugar pelota, lo ultimo que le dije fue que siempre la querría más que a nadie, ella sólo sonreía y sus ojos tenían aun esa tristeza como si hubiese perdido algo.

Entonces nos levantamos de la banca y nos fuimos caminando a casa, yo colgado de su brazo y contando las cuadras que tendría que caminar cuando volviese a ese parque yo solo a jugar cuando me diese la gana.

Desde ese día mi madre me dio la libertad y yo por eso me até a ella para siempre…