jueves, 3 de diciembre de 2009

La última lluvia de dos tontos ausentes...



Estamos caminando porque no tenemos nada que hacer y porque está lloviendo, nos estamos mirando de reojo en silencio sin saber porqué caminamos juntos.
Quisiera decirle muchas cosas, decirle que la extrañé durante estas semanas y que por favor no me acaricie la pena porque es lo que más me duele que haga…

“Hace cuanto que no caminamos así de juntos?” Ella le dice sonriéndole y él levanta la cabeza como pensando pero en realidad lo hace para tocar la garúa con su rostro y sentirse un poco desolado… andrés no me escuchas?… Sí te escucho, te escucho demasiado bien que lo hago desde el mismo ayer, seguro me dirás que soy muy extraño y tantas otras cosas, así que te responderé; No caminamos así de juntos desde la última vez que te besé…
En ese instante se planta un silencio en medio de ellos, un silencio que sólo es interrumpido por el sonido de los autos al pasar por esos charcos que la garúa ha ido formando lentamente… Recuerdas ese día andrés? Dime que lo recuerdas por favor… Lo recuerdo como si fuera una repetición constante, lo recuerdo cuando me despierto y cuando te veía partir sola y yo iba pensando que debería estar a tu lado… Y si pensabas eso entonces por qué te ibas con ella?... Me iba porque me lo pedía y tú ya estabas demasiado lejos y demasiado distinta para escucharme que sólo contigo quería caminar… Llegaste a tener algo con ella?….

Al terminar de decir eso, andrés la mira de reojo como si quisiera buscar la respuesta al porqué ella hizo esa pregunta, aunque en el fondo es entendible que piense eso, para la mayoría de mujeres todos los hombres son iguales y no se aguantan a cualquier provocación… Es por eso que quisiera mentirle, decirle que estuve muchas veces con ella y que su presencia no me hizo falta en ese tiempo que anduvimos separados, quisiera que al decirle eso el dolor pase por esa pregunta que en el fondo me duele a mí, pero no le puedo mentir mintiéndome a mí mismo porque el cariño a veces es…
No, nunca pasó nada, acaso no me conoces aunque sea un poco?... Es que a veces puedo decir que te conozco tanto y otras veces te desconozco…

andrés se ríe levemente pasando su mano por la frente de ella desordenando sus cabellos y esperando que sus ojos estén en los de él… Me conoces, claro que me conoces, a veces conocerme un poco es suficiente para que sepas que no soy como los demás…
Otra vez el silencio aparece unos segundos mientras que andrés al terminar de decir esas últimas palabras la mira a ella con una complicidad triste.
Ahora no sé si eres sincero u arrogante... Son ambas cosas pero esta vez eso no está a mi favor… Por qué lo dices?... Porque me hubiera gustado poderte decir que te había olvidado, que había podido estar con ella y con miles, que había conseguido deshacer la lluvia hasta convertirla en verano, pero no, lo único que hice fue caminar y escribir, fue dar vueltas por la estancia de la pena hasta que la soledad llegó a ser una mano más… Creo que te entiendo, creo que yo también me he sentido así hasta ahora…

Ambos siguen sorteando las cuadras resbaladizas y de pronto andrés siente que esa garúa es la misma que… Esta garúa se parece… Ella lo mira con un semblante de ave solitaria y él se queda en silencio recordando que de nada servia esa caminata, no servia porque no se podían querer como se quieren, que otra vez era una pared inmensa la que se atravesaba en su camino, la soledad a veces es una imagen que solamente él podía percibir, a veces hay que saber que para querer infinitamente a alguien había que quedarse solo, demasiada contradicción para un invierno y más cuando al voltear al pasado todo lo habían conducido a llegar a esa calle mojada con ella a lado, mientras esa garúa se parecía tanto a… Se parecía demasiado y sin embargo ahora era una despedida…
Esta noche se parece… Sí, es la misma noche de cuando te besé por primera vez, ese día supe que todos nuestros encuentros serian pequeños desencuentros de cariño, ya sé que parezco pesimista, pero soy un pesimista con tanto optimismo que muchas veces intenté que todo fuera diferente, quise enfrentarme a todos y hasta al mismo sol, quería hasta un verano contigo…

Ella agacha su cabeza como buscando lo que él buscaba siempre al hacer lo mismo, la quería demasiado que la iba a dejar ir y ella lo quería tanto que lo olvidaría con otro… Seguro habrían días en que ella lo odiaría cuando no estén juntos, en que cuando la comunicación haya muerto haya querido buscarlo para insultarlo y deshacer todo porque la soledad duele y andrés quizás sólo le hubiera dicho… lo siento… Y para que no se sienta sola también la hubiera odiado porque del odio a veces también se puede continuar viviendo sin tener ese amor que molesta tanto dentro de uno… Otra vez muy contradictorio todo, por eso ese día mientras caminaban y la noche seguía columpiándose en esa garúa que los tapaba, sabían que el último día que se vieran seria el mas triste de ese año, por lo menos él sí lo sabia bien, desde ese día inventaría una nueva manera para su soledad y repetiría mil veces que el olvido no existe pero sin embargo lo que sí existe es el infinito acabado, sí… definitivamente él la dejaría de querer con un sólo pensamiento y la convertiría en un bonito recuerdo que seria para siempre. Y quizás para ella él sea alguien que se equivocó mucho al haber sido siempre tan extraño y tan sincero hasta el dolor mismo y por eso era un estupido… Estupido andrés! Estupido….

Estupidos los dos… quizás, talvez quién sabe… Estupidos al caminar en esa noche mientras la garúa iba deshaciendo esos caminos que no se volverían a recorrer nunca más así aparezca otra noche que podría parecerse… Infinito, nunca, jamás… Realmente estupidos…

8 comentarios:

Paula Olivieri dijo...

Me gusta cuanto se conocen estos dos, cuanto se enredan en lo que sienten hasta quedar desconcertados, son como un alud de sentimientos que explotan juntos y luego se derraman por separado.
Bueno como siempre :)

Beso

Pau

Virginia dijo...

Muy buenos escritos, te felicito. Pero quizás escribís con mucho melodrama, a ser un poco feliz! :) igualmente creo que todos escribimos a partir de melodramas jaja, saludos

Favio dijo...

me gustó el realismo de la situación, la concatenación de ideas pesimistas que van en un solo sentido y abruman los días para volverlos inolvidables..
hay whiskey en la jarra señor, lloremos las penas y demos vuelta a la página



de verdad me gustó
:)

Anónimo dijo...

Gracias por comentar Andrés...




Me daré el tiempo de leerte :)



Javiera.

BEATRIZ dijo...

Andrés,
Si la memoria de algo es el infinito acabado, me gusta...
me gusta que se quieran así de infinito como para decir adios.

Disfrute las miradas de reojo, siempre dicen mucho.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

cuántos recuerdos tenes?
cuántas experiencias vividas?
un abrazo!
no dejás de sorprenderme ;)

lol dijo...

me gusta muchos tus escritos las miradas me encanto,siempre los recuerdo hacen lo mejor en uno mismo... bueno no todo pero bueno..

tkm

besos complice!

Taller Literario Kapasulino dijo...

Excelente relato lleno de nostalgia. me encanto andres!